T'ACOMPANYEM

T'ACOMPANYEM


Ante la actual situación de crisis económica global y del fuerte incremento de la tasa de paro, un grupo de personas solidarias ha diseñado la campaña "TE ACOMPAÑAMOS"(T’ACOMPANYEM), que tiene como objetivo apoyar a los ciudadanos que han perdido su empleo.

PRESENTACIÓN DE T'ACOMPANYEM

miércoles, 27 de febrero de 2013

Marc.




Hola familia.

Digo familia porque todos los que estamos en T’Acompanyem formamos una pequeña familia que cada día que pasa se va haciendo un grupo mas cohesionado.  Cuantos  más seamos, más cosas haremos juntos; eso si, tenemos que tener claro que todos hemos de remar en la misma dirección para poder llegar a nuestros objetivos, tanto profesionales como personales. LA UNIÓN HACE LA FUERZA.

Quiero comentaros mi caso:

Tengo 44 años, mi situación ahora mismo es como la de la mayoría que estamos aquí, cada casa es un mundo como suelen decir.  Llevo casi tres años en el paro, no tengo ninguna ayuda económica ahora mismo y la verdad que tal como están las cosas no se qué será de mi vida; es duro decirlo pero es la realidad y, la verdad, eso te crea un estado de ansiedad constante que te paraliza en todos los sentidos.

Voy a contar un  caso que me pasó con MERCADONA. Me llamaron para hacer la entrevista de trabajo. Me presenté el día señalado por la mañana.

Si no recuerdo mal éramos veinte seleccionados, la entrevista fue grupal. Duro aproximadamente unas tres horas, cuando me dirigía hacia mi casa, me llamaron para presentarme esa misma tarde para realizar la entrevista personal; los nervios no me dejaban vivir con alegría lo que me habían comunicado. Las horas se me hicieron eternas, llego la tarde y cuando esperaba para realizar la entrevista personal observe que solo habían seleccionado a tres personas y yo era una de ellas, respire profundamente y pensé que era buena señal para conseguir por fin un puesto de trabajo.

Una vez en la entrevista me pregunto lo típico:

Entrevistador: Cuéntame tu vida laboral
Marc: (Le explique los trabajos que había realizado)
Entrevistador: ¿tienes  cuarenta años?
Marc:  No, tengo 42.
Se hizo un silencio por un momento y al final respondió.
Entrevistador: Joder pues te conservas muy bien. 

Mis pensamientos se volvieron negativo, esa pregunta iba con mala idea.

Espere a que saliera el otro chico y le pregunté cómo había ido y me dijo que muy bien; el chaval tenia unos veintiséis y cuando nos dirigíamos hacia el metro, ¿sabéis lo que me dijo?: que el entrevistador le comentó que yo era demasiado mayor para trabajar con ellos. Imaginaos como me quedé, destrozado. Que pasa, ¿la gente mayor de cuarenta años no tiene derecho a trabajar más en la vida? No hay derecho, me alegré por el chaval pero me fui indignadísimo y claro con un bajón impresionante .Cada día que me levanto pienso que llevo una mochila llena de piedras que por poco que pueda  intento dejar, aunque sea una en el camino para no hundirme del todo, pero si encima te van poniendo más y más y más, llegará un momento que por muy fuerte que sea uno, al final cae. POR FAVOR UN POCO DE SENSIBILIDAD CON LAS PERSONAS QUE LO ESTAMOS PASANDO MAL,  SEAMOS HUMANOS.

En fin, lo único positivo que saqué de esa experiencia es que me motivó mucho más para demostrar, a quien sea, que soy una persona válida y útil para esta sociedad en la que vivimos, tenga la edad que tenga. Valgo mucho y vosotros también.
Tenemos que luchar y demostrar que valemos todos,  ante todo ser muy optimistas  y positivos o por lo menos intentarlo, porque desde esa posición se ven las cosas realmente diferentes.

No hay que perder nunca la esperanza.

NUESTRO OBJETIVO ES GANAR Y GANAREMOS SIN DUDA.
MUCHO ÁNIMO A TODOS Y RECORDAD QUE TENEMOS QUE REMAR TODOS EN LA MISMA DIRECCIÓN CON MUCHA FUERZA PARA LLEGAR A LA META TRIUNFADORES.

lunes, 18 de febrero de 2013

Mi paso por
  David Fernández Marí
                                                                   
Mi nombre es David y hace unos años estuve en el proyecto “t’acompanyem”. Me gustaría compartir con vosotros mi experiencia y lo importante que fue mi paso por el programa, tanto como para mí, como para mi familia, amistades, etc.
Ahora tengo 31 años. Cuando tenía 20 dejé de estudiar y empecé a trabajar. Durante años estuve trabajando en varios sitios, como camarero, tintorero, vendedor puerta a puerta…. Como cualquier persona solo trabajaba para ganarme la vida.
Me quedé sin trabajo por la crisis y me vi sumido en una pequeña depresión, iba a muchas entrevistas de trabajo, entregaba decenas de CV, pero nada de nada y cada día que pasaba me hundía un poco más.
Un buen día y mediante una amistad me presentaron a Isidro, para mí el gran Isidro, y el programa “t’acompanyem”. Ahí me di cuenta de que como yo, había mucha gente igual, pero eso no me consolaba. Al cabo de unas cuantas sesiones, el gran Isidro, me cogió y me instó a que no buscara trabajo sino que intentara volver a estudiar, era obvio que el mayor problema para mi situación laboral de entonces era mi falta de formación.
Creo que recordaré ese día toda mi vida, ya que recuerdo perfectamente lo que me llegué a reír con aquella sugerencia. ¿Volver a estudiar yo con 27 años? Ese hombre no estaba en sus cabales….
Pero insistió e insistió y me lanzo un reto: El me preparaba para superar la prueba de acceso a un grado superior y yo decidía que hacer si aprobaba.
Durante varias semanas me estuvo preparando, volvía a las ecuaciones, al inglés, a los análisis morfológicos de oraciones… Una locura!!!
Pero sucedió, me presenté a los exámenes y aprobé. Aquello me dio una inyección de moral impresionante. Me matriculé en un grado superior de gestión comercial y marketing. Allí conocí gente maravillosa y a varios en mi misma tesitura ante la vida, treintañeros y cuarentones reenganchándose a los estudios para poder encontrar un trabajo.
Como parte de la formación debía hacer prácticas en una empresa y así lo hice. Casi con 30 años y de becario…. Pero funcionó. Tres meses después me contrataron y hasta día de hoy no he dejado de escalar peldaños en mi profesión. A la vez me he obligado a seguir formándome, estudiar inglés, estar a la última en novedades de internet, etc…
Ahora tengo por delante un buen futuro, no sé qué me depara la vida, pero sí sé que ahora estoy preparado para lo que venga.
Y todo gracias a un buen consejo, a un hombre con visión y que me ayudó dentro del marco del programa “t’acompanyem”.
Y ahí va mi consejo si me permitís: Estudiar, estudiar y volver a estudiar. La formación es imprescindible hoy en día, cuanta más formación tengas más oportunidades laborales tendrás. Y cuando tengas un trabajo, no dejes de seguir formándote, te hace mejor, te sientes mejor y es la mejor manera de estar preparado para cualquier revés que la vida te tenga preparado.
Des de aquí quiero aprovechar para dar las gracias de todo corazón al Gran Isidro y al programa “t’acompanyem”. Sin esta ayuda hoy no sería quien soy y ahora puedo afirmar que gracias a esto me siento genial y mi familia se siente muy orgullosa y mis amigos están más conmigo que nunca.
Y si os sentís en algún momento como yo, un poco bajeras, un poco deprimidos os dejo una frase que seguro os ayuda:

domingo, 10 de febrero de 2013

EL ROSTRO DE LA CRISIS.




                                               Pilar

La crisis nos está marcando a todos.
La situación es desesperante. Muchos jóvenes han acabado sus estudios, pero es difícil encontrar trabajo y no se pueden independizar. Tienen que reducir gastos, salidas, etc., y contando que puedan seguir bajo el techo familiar.

¿Pero qué pasa con los que no somos tan jóvenes, que superamos la edad fatídica de “MAYORES DE 45 AÑOS”?. Para la sociedad actual somos “VIEJOS PARA TRABAJAR Y JOVENES PARA JUBILARNOS”.  La cruda realidad es otra, ya que detrás de cada uno de nosotros existen unas cargas familiares que son “NUESTROS HIJOS (menores de edad)”; les llamo LA HIPOTECA PERPETUA. Esto es algo que el banco no te puede quitar y  hemos de seguir con sus gastos el resto de nuestras vidas.

Si nosotros a esta edad (mayores de 45) no tenemos futuro, no conseguimos un trabajo digno, ¿qué futuro le podemos dar a nuestros hijos?, ¿qué estudios pueden realizar, si las tasas educativas cada vez son más altas y el poder adquisitivo de la clase obrera y de los parados cada vez más bajos?

La situación de la crisis  es angustiosa, pero se hace más nefasta cuando ves que lo que más quieres en este mundo, NUESTROS HIJOS, también están sufriendo esta crisis, porque su futuro es desesperante.

Me gustaría que esta sociedad reflexionara sobre esta fatídica edad que nos ha llevado a una experiencia laboral, a una seriedad que hemos adquirido con los años, a ser responsables y meticulosos con nuestro trabajo. Seguimos siendo tan válidos como el primer día.

No dejemos que la crisis nos cambie el rostro. No dejemos que esta crisis nos haga sentir inútiles.


domingo, 3 de febrero de 2013

LOS ROSTROS DE LA CRISIS.


EL ROSTRO  DE UNA CRISIS.


A pesar de su avejentado aspecto la mujer de la fotografía tiene tan sólo 32 años. Se llama Florence Owens Thompson y su mirada perdida llena de cansancio, de tristeza, de desesperanza, se convirtió en la imagen más representativa de la Gran Depresión.

Bueno, exactamente la imagen de Florence  junto a sus tres hijas.

La fotografía es conocida como Madre Emigrante y la historia que se esconde detrás de ella es tan vieja como el mundo, por lo que es  seguro que a muchos de ustedes les resultará familiar, cercana.
El Gran Crack del 29 y la brutal crisis posterior deja sin trabajo ni casa a los Thompson y a sus siete hijos que, en 1936,  se ven obligados a montar en su viejo camión Hudson y tomar la carretera en busca de algún lugar mejor menos malo. El pobre camión llega hasta donde puede y en el mismo lugar donde se quedan tirados, los Thompson levantan un improvisado campamento.


Desde allí parten el marido y los hijos mayores en busca de alguna forma de arreglar su camión y de, si fuera posible, encontrar algún trabajo como recolectores. Por algo a estos trabajadores itinerantes se les conocía con el nombre de:  Cosechadores de California.
Fue en ese momento -cuando Florence estaba con sus hijas esperando el regreso de los suyos- que aparece Dorothea Lange con su cámara de fotos para sacar una instantánea que pasaría a la historia y que, sin ella saberlo, seguiría igual de vigente más de 70 años después.



Porque ya me contarán ustedes qué diferencia hay  entre la

foto de Florence y su familia y cualquiera de las que 

podemos encontrar hoy en día en cualquier lugar del 

mundo.


Quizás, la única diferencia sea que ahora podemos  verlo a todo color pero en el fondo, la historia es siempre la misma. Siempre  la misma mirada, siempre la misma tristeza.
De todos modos, no nos pongamos demasiado mustios todavía porque la historia de los Thompson acaba teniendo un final feliz. Durante 40 años la identidad de la Madre Emigrante fue totalmente desconocida, hasta que en 1979 un periodista decidió investigar sobre el asunto.
Con lo que se encontró el susodicho periodista fue con esto…

Florence con sus tres hijas 43 años después. Acabaría falleciendo en 1983, con 80 años.

Como se puede ver, los Thompson pudieron rehacer nuevamente su vida por lo que tal vez podríamos sacar una alentadora moraleja de toda esta historia:
Por muy mal que te parezca que están las cosas, siempre alguna veces acaban mejorando.