Carlos
Molinet
¿Por qué he escogido este título?
Simplemente porque he pasado de una vida normal, con un trabajo y una casa,
como tantas personas, a una situación angustiosa.
Ahora veo todo eso como una cima de
la que me he caído por una decisión equivocada, y me encuentro sin trabajo, sin
ayuda y sin hogar, puedo decir que me encuentro en un auténtico abismo
Trabajaba en SEAT, tenía casa y
mujer y, en uno de esos momentos que nunca tendrían que haber ocurrido, dejé el
trabajo con la intención de tomarme un tiempo libre. Cobré el paro, se me acabó
la prestación y el dinero fue desapareciendo poco a poco. Cuando estaba
cobrando el paro, pensaba que ya tendría tiempo de encontrar un empleo, que no
debía desesperarme, que no había prisa.
En ese periodo me separé y tuve
varias parejas, ninguna de las cuales se consolidó como hubiese deseado. Una
mujer me dejó porque dejé de cobrar el paro, otra me abandonó porque no
encontraba trabajo después de proponerme marchar a Palma de Mallorca y decirme
que allí encontraríamos los dos trabajo. En esa bella y turística isla ella si
encontró trabajo, yo no tuve la suerte y la perdí.
A partir de entonces fui de albergue
en albergue. Desde luego, no me hacía ninguna ilusión, pero la perspectiva de
dormir en la calle era mucho peor.
Cada día me levanto con la intención
de buscar trabajo y no paro de hacerlo…sin éxito. Me conformo con poco –no
puedo aspirar a mucho- y no tengo vicios, salvo el tabaco y el café. No fumo
porros, no tomo ningún tipo de droga. Afortunadamente, no lo necesito y estoy
convencido de que no sería la solución.
Mucha gente en mi situación se ha
arruinado la vida. No quiero acabar así, no pienso tirar la toalla. Tengo 35
años y, aunque la sociedad excluya a la gente como yo y muchos se caigan en el
camino, no pienso acabar en la cuneta. Es triste e injusto que, por el solo
hecho de no tener trabajo, tanta gente nos mire por encima del hombro.
Casi nadie piensa en cómo te puedes
sentir hasta que no está en tu misma situación. Es entonces cuando te das
cuenta de quién es realmente un amigo y quién se limita a decirte que es amigo
tuyo, te promete que te ayudará, que intentará buscarte algo, que te llamará…y
esa llamada nunca llega.
Los amigos de
verdad siempre son pocos. Me he dado cuenta de que tengo dos o tres. Otros que
se llamaban “amigos” han desaparecido cuando los necesitaba. Es cierto, sin
embargo, que más vale tener tres buenos amigos que muchos falsos, y ahora puedo
decir que hay gente que no te conoce que se preocupa más por ti que otros que
te conocen de toda la vida.
Esta es la historia –una historia
que no ha terminado todavía, ni mucho menos- y que espero que sirva de ayuda a
otros para levantarse del suelo cuando más difícil les parezca y tengan muchas
veces la sensación de que no hay nada que hacer.
(faceebook: charli mg twitter:
charlimg11)