Pilar
La crisis nos está marcando a todos.
La situación es desesperante. Muchos jóvenes han
acabado sus estudios, pero es difícil encontrar trabajo y no se pueden
independizar. Tienen que reducir gastos, salidas, etc., y contando que puedan
seguir bajo el techo familiar.
¿Pero qué pasa con los que no somos tan jóvenes, que
superamos la edad fatídica de “MAYORES DE 45 AÑOS”?. Para la sociedad actual
somos “VIEJOS PARA TRABAJAR Y JOVENES PARA JUBILARNOS”. La cruda realidad es otra, ya que detrás de
cada uno de nosotros existen unas cargas familiares que son “NUESTROS HIJOS
(menores de edad)”; les llamo LA HIPOTECA PERPETUA. Esto es algo que el banco
no te puede quitar y hemos de seguir con
sus gastos el resto de nuestras vidas.
Si nosotros a esta edad (mayores de 45)
no tenemos futuro, no conseguimos un trabajo digno, ¿qué futuro le podemos dar
a nuestros hijos?, ¿qué estudios pueden realizar, si las tasas educativas cada
vez son más altas y el poder adquisitivo de la clase obrera y de los parados
cada vez más bajos?
La situación de la crisis es angustiosa, pero se hace más nefasta
cuando ves que lo que más quieres en este mundo, NUESTROS HIJOS, también están
sufriendo esta crisis, porque su futuro es desesperante.
Me gustaría que esta sociedad reflexionara sobre esta
fatídica edad que nos ha llevado a una experiencia laboral, a una seriedad que
hemos adquirido con los años, a ser responsables y meticulosos con nuestro
trabajo. Seguimos siendo tan válidos como el primer día.
No dejemos que la crisis nos cambie el rostro. No
dejemos que esta crisis nos haga sentir inútiles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario